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Desde que en 1969 se produjera la primera conexión mediante internet entre la UCLA y la Universidad de Stanford, la apertura de este medio de comunicación a la cultura ha supuesto para una cantidad innumerable de artistas poder mostrar al mundo entero sus creaciones. Hoy en día, el empleo de las redes sociales se ha vuelto indispensable para poder acercar al público potencial la obra de pintores, escultores, y creadores en general.

No hace tantos años, acceder al mercado del arte suponía para cualquier artista todo un reto. Los únicos medios para poder exponer su obra pasaban muy a menudo por el quehacer de los representantes: encontrar una galería en condiciones donde exponer, atraer a las personas que pudiesen comprar la obra o simplemente conseguir entrevistas en medios sobre el tema, todos estos pasos debían darse de la mano de un profesional.
Sin embargo, todo esto ha cambiado de forma radical con las páginas web y las redes sociales. Las primeras sin duda deben ser el soporte principal al que deberán acudir aquellas personas que se sientan interesadas por la obra de un determinado artista, pero son las redes sociales las que en último término atraen a estos. Tanto las redes más usadas (como Facebook o Instagram), como las más específicas (como Dribbble, Behance o Kompoz) dan la oportunidad tanto a artistas emergentes como consolidados de poder exhibir su obra a un público masivo, cada vez más ávido de cultura de calidad.
Hablábamos antes de la importancia que tenían antaño los representantes. Pues bien, a pesar de que su relevancia para dar a conocer la obra de un artista ha disminuido, siguen siendo (casi) imprescindibles para poder hacérsela llegar a un público específico: los compradores. A su vez, contar con un buen perfil en las redes sociales ayudará al artista a llamar la atención de los galeristas, que podrán proponerle una exposición, y de ese modo dar un salto considerable en su carrera. No son pocos los ejemplos que tenemos de casos como este: muchos de los fotógrafos, pintores o escultores que hoy en día copan galerías y museos fueron “descubiertos” por agentes artísticos en busca de nuevos talentos en las redes sociales.
Por otro lado, el fenómeno de la cultura en las redes sociales nos lleva a una reflexión de calado; ni más ni menos: qué es el arte. Y esto es así porque la facilidad de otorgan las redes sociales e internet para poder exponer el “arte” que cualquiera puede pretender hacer provoca que dentro de este concepto se puedan encontrar obras que muy probablemente no pasasen el filtro que se le supone al arte. Sin duda esto puede parecer muy subjetivo, pero la realidad es que hay un cierto consenso entre aquellas personas que se dedican al arte —desde artistas hasta galeristas, comisarios, representantes, etc.— y esto debe tenerse en cuenta.
Por último, hay que destacar el enorme trabajo que supone para el artista tener que mantener vivas las redes sociales en las que participa, pues se trata de un gran esfuerzo que se traduce en muchas horas de dedicación y aprendizaje, tiempo precioso que por otro lado se resta al de la creación. Y esto no es baladí. ¿Qué opinas sobre ese tema? ¿Crees que valen la pena las horas que dedicamos a las redes? ¿Se ve reflejado este esfuerzo en el feedback con tu público, en las ventas quizá? Esperamos tus comentarios.