A partir de la revolución digital y más concretamente con el boom de internet, cualquier tipo de negocio ha tenido que reciclarse. Algunos han aguantado la embestida con muy buena salud, otros han quedado obsoletos y su muerte sentenciada, y muchos, la gran mayoría, han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos, con mayor o menor fortuna. Y las galerías de arte no son ajenas a este fenómeno. Veamos a continuación cuál es el presente y, más interesante, el futuro de este negocio que durante siglos ha sido el mayor escaparate de los artistas.
Así pues: ¿son un negocio viable las galerías de arte? La respuesta corta es “no”; la larga es la siguiente. El principal escollo que las galerías de arte en nuestro país deben superar es ser un negocio sostenible en cuanto a lo económico. La única vía de difusión de las galerías de arte son las ferias internacionales del campo y si el mercado es débil en un determinado país, las opciones de acudir a esas ferias son casi nulas. Las grandes capitales del arte, como Londres, Nueva York o Berlín, se encuentran en países que tienen una larga tradición de coleccionismo a todos los niveles, tanto privados como públicos, por lo que se mueven en un mercado fuerte. En nuestro caso, hasta que esto no cambie, el negocio de las galerías de arte no es un buen negocio.
Con todo, sí que hay un nicho de mercado interesante y en expansión en este campo en nuestro país: las galerías que operan en cierta manera al margen de la mercancía, es decir, que tienen un rol como agente cultural y no solamente económico, aunque, no obstante, siempre haya detrás una persona (o varias) que viva de ello.
Está claro que el concepto de galería de arte ha cambiado y mucho. Antes, no hace tantos años, eran uno (por no decir el único) de los medios de los que disponían los artistas para hacer llegar su obra a un público más amplio, con dos objetivos: primero, difundir su obra; y, segundo, sacar rédito de ello con la venta de alguna creación. Parece ser que el primero de estos objetivos ha sido saldado con creces con la irrupción de las redes sociales, que llegan a millones de personas de todo el mundo. El segundo objetivo, sin embargo, parece que sigue siendo terreno de las galerías de arte, al menos a pequeña escala.
Sin embargo, las galerías de arte de hoy en día son mucho más que todo esto. En la actualidad conviven varios tipos: algunas, además de exponer y vender arte, ofrecen reuniones culturales de diversa tipología, como las literarias; otras operan como “centros de creación”; y otras más van un paso más allá del concepto tradicional de galería de arte (pintura y escultura) y basan su programación en un campo más amplio, lo que podríamos llamar “artes escénicas”.]