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Son muchos los estilos que han surgido a lo largo de la historia del arte, pero es sin duda a partir de la irrupción de las nuevas corrientes artísticas de comienzos del siglo xx, llamadas “vanguardias” —surrealismo, dadaísmo, etc.— cuando se produce una explosión de creatividad que se ve reflejada en la irrupción, como jamás antes en la historia, de multitud de estilos artísticos. Y esta corriente de profusión de estilos está del todo vigente en la actualidad. En este artículo nos centraremos en uno de ellos: el pop stram, del que se ha realizado hace poco el primer concurso internacional y una exposición de la obra de los finalistas.

Pero para empezar hablemos del origen y de las características de este novísimo estilo artístico. Como otras tantas corrientes, esta nace de la mano de un pintor, Ciscu Tamayo, que preside la Fundación Matilde Tamayo de Arte Contemporáneo, una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la difusión del pop stram y de dar voz a los artistas que lo trabajan. Asimismo en esta fundación también tienen cabida el arte contemporáneo en general así como artistas de este ámbito.
El pop stram es un estilo que tiene una vida muy corta, apenas unos años. Se podría definir de la siguiente manera: mezcla el estrambotismo (de ahí, stram) con el pop art (de ahí, pop). Este arte tiene una serie de características identificables: por un lado, el elemento estrambótico (de ahí, stram). Por elemento estrambótico, se entiende en este contexto cualquier tipo de distorsión de la realidad, como por ejemplo, figuras que mezclan animales y humanos. Con esta característica lo que se persigue es “explicar o potenciar el mensaje narrativo de la obra”. Por otro lado, encontramos como elemento indispensable para poder inscribir una obra dentro de este estilo lo popular, es decir, “objetos, personajes públicos, logos, imágenes comerciales populares y muy reconocibles por la población mundial, con la finalidad de potenciar el mensaje de la obra, facilitando la entrada y la comprensión del espectador a la obra”.
Con el fin de consolidar este estilo, la Fundación Matilde Tamayo ha organizado el primer concurso de pop stram de ámbito nacional e internacional, en el que han participado más de cuatrocientos artistas. Para la exposición que se ha llevado a cabo (que todavía puede contemplarse en el Atelier de Pilar Güell, en el Carrer de les Penedides, 8, en pleno corazón de Barcelona), se han seleccionado cuarenta y cinco artistas finalistas, entre los que se encuentran los ganadores: Miguel Dorronsoro (primer premio), Gonzalo Romero Navarro (segundo premio) y José Gabaldón Pérez (tercer premio). Entre los finalistas, Olga Guarch Andreu ha expuesto su obra Valentine’s day, locura social, que ella misma describe de la siguiente manera: “Grandes potencias nos dirigen y dependemos encima de las relaciones entre ellas. Qué mejor que Dalí de Cupido: ‘El payaso no soy yo, sino esa sociedad tan mostruosamente cínica e insconcientemente ingenua que interpreta un papel de serie para disfrazar su locura’ (Salvador dalí)”.